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Venecia

Visitamos… VENECIA

Una de las ciudades más bellas

De la ruta que hicimos por Italia, Venecia es la ciudad que más le gustó a nuestra madre. Dijo que todo el mundo debería visitarla una vez en la vida. La verdad es que es muy bonita, muy diferente. Nosotros fuimos con el miedo de que la ciudad hiciera muy mal olor. Todo el mundo nos lo decía: está muy sucia y huele mal. Pues, nada de nada, y eso que fuimos en agosto. Las calles son canales de agua y en vez de coches, hay barcos y góndolas. Venecia está formada por 118 islas y tiene 450 puentes. Pero, ¿por qué hicieron una ciudad así? Mi padre nos explicó que Venecia se fundó en el año 421 para defenderse de los ataques de Atila, que era como los gatos, le tenía miedo al agua.

Lo más típico de Venecia son las góndolas, unas barcas alargadas que llevan unos señores con sombreros de paja y camiseta de rayas, los gondoleros. En las pelis salen cantando, pero nosotros no vimos que cantara ninguno. Dicen que no hablan italiano, que hablan un idioma que sólo entienden los gondoleros. 
Hace casi mil años que existen las góndolas y se ve que hasta hace poco, el trabajo de gondolero pasaba de padres a hijos. Y sólo hijos, porque las chicas no pudieron ser gondoleras hasta 2009. La verdad es que son muy chulas, pero también caras. Nos pidieron 80 euros por un rato. Pero si tenéis muchas muchas ganas de subiros en una, para haceros la foto para Instagram, podéis coger una góndola-traghetto, que, por sólo dos euros, te cruza el Gran Canal. Nosotros optamos por el vaporetto, que es como el bus del agua, y por menos dinero estuvimos todo el día arriba y abajo. No tiene tanto glamour pero ‘la pela es la pela’.

PLAZA DE SAN MARCOS

Es el lugar más famoso de la ciudad y la única plaza de Venecia (el resto son piazzale) y en ella están los edificios más conocidos de la ciudad como la Basílica de San Marcos, el Campanille o el Palacio Ducal. Es gigante (180 metros de largo por 70 de ancho) y Napoleón la definió como el salón más hermoso de Europa. La plaza le gustaba pero no tanto el símbolo de la ciudad, el León alado de San Marcos, ya que los hizo retirar todos y destruirlos. Caprichitos del señor de la mano en la barriga. Por cierto, ¿sabéis porque el símbolo de San Marcos es un león? Dicen que se fue a difundir el cristianismo por Egipto, y por eso se le llamó ‘la voz que clama en el desierto’ y ¿cuál es la voz más potente de África? El rugido del león. 

La plaza está llena de restaurantes, de esos que se ven caros (6,5 euros por un café), con músicos vestidos de etiqueta que tocan en la terraza. El más famoso es el
Café Florian, que dicen que es el café más antiguo de Europa. Cuando sube el nivel del agua, la plaza se inunda ya que es el punto más bajo de la ciudad. Si sube mucho (un fenómeno que llaman Acqua alta), suenan unas sirenas para avisar y ponen unas pasarelas para que la gente pueda cruzar. Supongo que los músicos seguirán tocando, pero con botas de agua. 

En una de las entradas de la plaza, hay 
dos columnas que, por lo visto, trajeron en el siglo XII desde Constantinopla. El problema fue que, una vez descargadas, eran incapaces de ponerlas de pie porque pesaban un montón. Tuvo que venir el arquitecto del primer Puente de Rialto, Nicoló Barattieri, a inventarse un sistema para levantarlas (para algo sirven los estudios). Y para darle las gracias le dejaron echar una partida a los dados entre ellas, porque en esa época los juegos de azar estaban prohibidos en el resto de la ciudad. Antes de pasar entre las columnas, una advertencia: dicen que trae mala suerte porque allí es donde se hacían las ejecuciones públicas. Nosotros, por si acaso, las rodeamos.

Por cierto, son dos columnas, pero dicen que en verdad trajeron tres de Constantinopla. La tercera estaba coronada por un cocodrilo de piedra. Hay quien dice que se les cayó al agua cuando la querían descargar del barco, pero la versión que más nos gusta a nosotros es la que dice que la columna cayó una noche de tormenta y que cada vez que hay tormenta, el cocodrilo sale del agua y se lleva a una chica veneciana. Es como un capítulo de Scooby Doo.

BASÍLICA DE SAN MARCOS

Explican que hace muuuuchos años, dos mercaderes venecianos robaron las reliquias de San Marcos de Alejandria y se las llevaron para Venecia. El Dux (el que mandaba en Venecia) creyó que tenía que construir una iglesia espectacular para albergar al santo (bueno, lo que quedaba de él). Y así nace la Basílica de San Marcos. A nivel arquitectónico es una mezcla de románica, bizantina y gótica, y sobre todo, lo que es… preciosa. Durante mucho tiempo le llamaron la ‘Iglesia de oro’, por los mosaicos que hay bajo sus cúpulas. Bueno, y supongo que por la Pala d’oro (traducido del italiano: retablo de oro), donde descansa el pobre San Marcos. Es un retablo formado por 255 paneles de oro y más de 2000 piedras preciosas. Lo que vendría siendo una casita de lujo. 

De su fachada, los más famosos son sus caballos de bronce, que también robaron, pero de Constantinopla. En verdad, los de la fachada son una copia. Los originales se pueden ver en el museo de la basílica y son los que ‘tomó prestados’ Napoleón para sacar los moldes de los caballos del Arco de Triunfo de París. 
Debajo de los caballos, en los cinco pórticos de entrada, hay unos mosaicos que explican la historia de los mercaderes ‘mangantes’. 

CAMPANILE

Cuando decidieron hacer la torre, allá por el siglo IX, pensaron en hacer un faro para orientar a los barcos, pero después se convirtió en el campanario que, como en muchas iglesias italianas, está separado de la iglesia (menudos paseos se pegaba el campanero). Aunque parece muy antiguo, el Campanile que hay ahora es una reconstrucción de 1912, porque, por un problema de cimentación, le salió una grieta y se derrumbó de golpe. ¡Menudo susto! Por suerte, mantuvieron el diseño original. 

Se puede subir hasta lo alto de la torre y dicen que las vistas son chulísimas, pero nosotros no lo hicimos. Sólo ver la cola que había (y los 10 euros de la entrada), se nos quitaron las ganas. La gente sube porque hay ascensor, porque hasta no hace mucho había que subir las 14 plantas por las escaleras y ya os digo que seguro que no había tanta cola. 
Quien sí se hartó de subir esas escaleras fue Galileo Galilei, que usaba el Campanile para observar el cielo y allí presentó su telescopio en 1609.

En lo más alto de la torre hay una veleta con la forma del arcángel Gabriel y, justo debajo de la cúpula en forma de pirámide, están las cinco campanas. Antes cada una tenía su función: marcar el inicio y final de la jornada laboral, anunciar las reuniones del Senado o avisar de las condenas a muerte.

Durante el Carnaval, la fiesta más famosa de Venecia, se celebra el ‘Vuelo del Ángel‘, en el que un acróbata va por una cuerda floja, desde lo alto de la torre, hasta un balcón del Palacio Ducal.

PALACIO DUCAL

Fue la residencia oficial de los Dux, que gobernaron la República de Venecia durante casi mil años. En un principio (s. IX), tenía la forma de castillo pero con el paso del tiempo y después de unos cuantos incendios, lo reconstruyeron con la forma que tiene ahora. Y la verdad es que les quedó chulísimo. 

Ahora se ha convertido en un museo y de su interior, lo más famoso es la Sala del Maggior Consiglio, donde se reunían los nobles (o sea, los que mandaban) para escoger al Dux y que está repleta de obras de arte de Veronese o Tintoretto. También está la armería, con armaduras de la época, y el famoso Puente de los suspiros, que unía la Sala del Magistrado, donde se hacían los juicios, con la cárcel. Cuando condenaban a alguien y pasaba por el puente, dicen que suspiraba porque sabía lo que le esperaba. Normal…

TORRE DEL RELOJ

En la misma Plaza de San Marcos, otro de los edificios que tenéis que ver es la Torre del Reloj. Tiene un reloj astronómico de 1499 en su fachada, que marca las horas, las fases de la luna y el zodiaco. Eso no lo hace ni el reloj inteligente de mi hermano. Encima del reloj, hay una escultura de la Virgen con el niño, y a los lados hay unas puertas de las que, sólo en días señalados, salen unas figuras de los Reyes Magos, que se inclinan ante la Virgen. En el siguiente piso, está el león alado (os vais a cansar de ver leones en Venecia) y en la parte de arriba hay una campana gigante que cada hora hacen sonar los Moros. Así se llaman las dos estatuas de bronce que golpean la campana.

PUENTE DE RIALTO

Cruza el Gran Canal y es el más famoso de toda la ciudad. Se llama Rialto porque está muy cerca del Mercado Rialto (que aún sigue funcionando) y lo diseñó un señor que se llamaba Antonio da Ponte (el apellido no es coña). Le pidieron un diseño a Miguel Ángel, el del David o la Capilla Sixtina, pero lo descartaron por demasiado clásico. Está lleno de tiendas y sobre todo… de gente, y sigue el modelo del antiguo puente de madera que había en el mismo lugar y que se derrumbó más de una vez por exceso de peso. 

Nosotros no cruzamos los 450 puentes de Venecia, pero sí algunos muy curiosos como el Ponte dei Pugni (allí se permitían las peleas a puñetazos entre bandas rivales), el Ponte delle Tette (donde esperaban las prostitutas) o el Ponte del Chiodo (el único sin barandillas). 

OTRAS BASÍLICAS

La Basílica de San Marcos es la más famosa, pero en Venecia hay un montón de iglesias muy interesantes. Una de la que más nos gustó es la Basílica de Santa María della Salute con su enorme cúpula junto al Gran Canal. Seguro que la habéis visto en un montón de fotos de Venecia. La entrada es gratuita, sólo hay que pagar para ver la sacristía, justo donde está lo más interesante: unas pinturas de Tiziano y Tintoretto. La construyeron para dar gracias a la Virgen por el fin de la peste de 1630. Ahora, para dar gracias a los médicos, se sale a aplaudir al balcón. 

La más grande es la gótica Basílica de San Juan y San Pablo, donde se hacían los funerales de los dux e incluso algunos están enterrados. 
La Basílica de Santa María Gloriosa dei Frari es la más sorprendente. Por fuera, no es que sea fea pero en una ciudad con edificios tan bonitos, no llama la atención. Pero cuando entras, la cosa cambia. Hay un montón de obras. Es como un museo religioso. Y es que ya lo decían en ‘La bella y la bestia’, la belleza están en el interior. Para visitar la Basílica de San Giorgio Maggiore tendréis que coger el vaporetto porque está en una isla (que se llama igual que la Basílica). Lo que más nos gustó fue su Campanile, muy parecido al de la Plaza de San Marcos, pero más barato y sin una cola interminable para subir. 

Hay muchísimas más. Lo mejor es que os perdáis por las calles y las vayáis descubriendo. Eso sí, la mayoría son de pago, pero si os gustan mucho las iglesias, hay una tarjeta, la Chorus Pass, que vale mucho la pena.

GUETO JUDÍO

El primer gueto de la historia nació en Venecia, incluso la palabra gueto, que quiere decir fundición. Y es que fue allí, a la zona donde había la antigua fundición en la isla de Cannaregio, donde enviaron a todos los judíos que vivían en Venecia. Primero les obligaron a llevar un círculo amarillo en la ropa para distinguirlos. Luego, un gorro distintivo. Y finalmente, quedaron recluidos en el gueto, que cerraban por la noche. Hoy aún se pueden visitar algunas sinagogas, la plaza donde se reunían y lo más curioso, una casa de empeños, como las que salen en los programas de la tele pero en la época medieval. 

MURANO Y BURANO

Un día cogimos el vaporetto para hacer una excursión a Murano y Burano, dos islas que están a unos 20 minutos de Venecia. Habitualmente también se hace parada en Torcello pero, como era tarde sólo, hicimos las dos primeras. La excursión es muy muy muy recomendable y además, con toda la gente que había en Venecia, agradecimos un poco de tranquilidad. 

Murano es muy famosa por su cristal. Está lleno de tiendas para turistas con cosas hechas con cristal. Son carísimas!!! Y la verdad, yo encontré la mayoría muy feas. Me gustaron mucho más unas esculturas que había en unas plazas: una que parecía unos pelos gigantes de color azul y otra llena de bolitas de colores, como el juguete de un niño pequeño. 
Y, ¿por qué se hace vidrio en Murano? Hace más de 800 años, los fabricantes de vidrio trabajaban en Venecia, en casas de madera, pero esa era muy peligroso por las altas temperaturas que hacen falta para trabajar el vidrio. Los incendios eran habituales. Así que decidieron enviarlos a Murano, una isla que estaba deshabitada. Paseando por Murano, no os perdáis la Basílica de Santa María y San Donato (la isla tenía 18 iglesias, pero Napoleón se cargó 15), el faro y, si os gusta mucho el vidrio, el Museu que hay en el Palazzo Giustinian. 

Burano nos encantó. Es como Venecia pero en pequeñito… y de colores. Todas las casas están pintadas de colores. Nos explicaron que se ve que en esa zona hay mucha niebla y cuando los pescadores regresaban de noche, con tantos canales, no encontraban su casa. ¿Solución? Pintar las casas de colores. No sé si es verdad… pero la historia mola mucho. Como la isla es pequeña, sólo hay una iglesia, y el campanario está inclinado. ¡Como en Pisa! Con un suelo tan inestable no es buena idea hacer edificios altos. De Burano también son famosas las señoras que hacen encaje de bolillos en la puerta de sus casas. Yo eso lo encuentro superdifícil. Mi abuelo siempre decía que su madre hacía.

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PLATOS TÍPICOS / Con tanta agua alrededor, la mayoría de los platos más famosos de la cocina veneciana tienen como base… el pescado. Pasta con sardinas, arroz con almejas… Pero lo más típico de Venecia para comer son los cicchetti, que se sirven en los bacari. ¿Qué son? Pues como los pinchos bascos, pero a la italiana. 

¿DÓNDE COMER? /
 A nosotros nos encanta la pasta, así que os recomendamos Dal Moro’s. Es un sitio pequeño, donde hacen una pasta fresca buenísima para llevar. Si queréis algo más veneciano, podéis hacer ruta por los bacari para comer cicchetti. Algunas de nuestras recomendaciones: Al Mercá y Cantina Vecia Carbonera. Un truco: si queréis pedir vino, tenéis que pedir ombra, que se llama así.

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En Venecia, olvidaros del coche. Nosotros os recomendamos dejarlo en los parkings que hay antes de cruzar el puente de Venecia. Por ejemplo, en el Venice City Park sólo pagas 5,5€ por 24 horas. Además, en el mismo parking puedes comprar los tickets del bus (3€ ida/vuelta).

 

FECHA DEL VIAJE
Agosto 2016 y Agosto 2022

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